Las rabietas pueden surgir como consecuencia de no saber gestionar las emociones. Aprender a gestionarlas de manera idónea es esencial para el correcto desarrollo de tu hijo pero, en ocasiones, no tenemos los conocimientos necesarios para poder llevarlo a cabo. Por eso, hoy te traemos una serie de consejos para ayudarte a gestionar sus emociones y por consiguiente, llevar de la mejor manera posible esos momentos que en ocasiones surgen en los momentos menos oportunos.
Cuatro tips sobre cómo gestionar rabietas
Gestionar las rabietas con coherencia
Si quieres que tu hijo o hija se tranquilice deberás transmitirselo manteniendo la calma. Los padres y las madres son los modelos a seguir de los más pequeños, por ello, ellos imitarán nuestras acciones. Recuerda que, aunque estos momentos surgen en los momentos menos apropiados, tendrás que intentar mantener la tranquilidad y actuar de manera calmada siempre, estés en casa o en la calle. Sabemos que esto último puede ser un tanto incómodo pero será importante que lo hagas de esta manera para proporcionarle a tu hijo seguridad. No olvides que las emociones se contagian.
Empatiza como alternativa al castigo
Cuando decimos que empatices antes de imponer un castigo nos referimos a que si lo haces, sólo conseguirás que contenga sus emociones, lo que queremos es que aprenda a canalizarlas y manejarlas. Para conseguirlo, necesitarás entender qué causa su enfado y facilitarle soluciones. Quizás quiera jugar con el mismo balón con el que juega su hermana. En este caso, podemos sugerir compartirlo o poner tiempos, 10 minutos tu hijo y 10 minutos tu hija.
No intentes razonar en plena rabieta
Te habrás dado cuenta que, cuando un adulto pierde las formas se hace difícil razonar con esa persona pues con los niños pasa lo mismo, solo que es un tanto más complicado. Ya que, para lo que a ti te parece importante, para él no lo es tanto y también puede darse al revés, lo que para él es importante, para ti no lo será tanto. Por eso, te aconsejamos que trabajes la paciencia y hables con él o ella tantas veces como sea necesario sobre aquello que le genera esa emoción.
Una de las mejores formas de gestionar las rabietas es respetando sus decisiones
Respeta sus decisiones siempre y cuando no interfiera en tus necesidades. Pongamos un ejemplo. Si un día no quiere aparecer en una fotografía o no quiere ponerse la camiseta que ese día tu has elegido ¿Qué problema hay en que en esa ocasión no aparezca en la foto o en que ese día lleve otra prenda? Sé flexible en cuanto a sus decisiones, en ocasiones somos los adultos los que en alguna ocasión causamos el conflicto.
Esperamos que estos sencillos consejos te sirvan de ayuda, seremos todo oídos si quieres contarnos tu experiencia.
¿Y tú cómo gestionas las rabietas de tus hijos?
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