Hoy, en nuestro espacio de entrevistas, nos acercamos al aula desde una mirada fresca, crítica y profundamente humana, la de Javier Gaviño (@ideasparaprofes). Maestro de Primaria, creador de contenidos y formador de docentes, Javier combina sentido del humor, pensamiento pedagógico y herramientas tecnológicas para inspirar a miles de profes cada día.
Su historia es la de alguien que supo encontrar su sitio enseñando, y que ahora invita a otros a descubrir el poder transformador de su propia práctica docente. En esta conversación hablamos de vocación, de innovación real (de esa que nace del aula), del papel de la tecnología en la educación, y de cómo los profes, con apoyo y comunidad, pueden cambiar el mundo.
¡Empecemos con las FUNFIVE!

- Un invento del futuro que te encantaría ver hecho realidad: El teletransportador, por favor. Además que te lleve no solo a cualquier lugar, sino a cualquier época. Las clases de ciencias y de historia serían una pasada.
- Un recurso educativo que siempre recomiendas y por qué:
El mejor recurso educativo que siempre recomiendo es “la pasión por enseñar”. De verdad que es la gasolina de un buen profe. Cuando te apasiona lo que haces, las ideas brotan y la experiencia en clase es maravillosa.
- Si pudieras aprender una nueva habilidad tech en segundos, ¿cuál elegirías?
Precisamente esa: tener la habilidad de aprender a usar nuevas herramientas en segundos. Precisamente lo que a veces me frena al usar una nueva herramienta digital es el tiempo que debo invertir para aprender a utilizarla. Y los profes siempre vamos justos de tiempo.
- Algo geek que te encanta y no piensas dejar de disfrutar jamás:
Mira, me encanta la fotografía. Tengo varias cámaras: una reflex, una mirrorless, una gopro… Creo que la fotografía es una combinación perfecta de creatividad y tecnología que captura momentos para siempre. Hace que el recuerdo tenga forma de imagen. Cuando ves una foto te lleva a ese momento como un viaje en el tiempo. Ahora con la fotografía digital es muy común tener muchas fotos de algún momento, pero cuando yo era pequeño, la fotografía era en papel y cada foto era un recuerdo que conectaba con tu memoria. Es algo mágico.
- ¿Qué hacías de pequeño que ahora ves como una señal de tu vocación?
Nada. Sacar malas notas. Era un desastre en el colegio y todo apuntaba a que podría dedicarme a cualquier cosa excepto a profesor. Sin embargo, fíjate cómo son las cosas. Aunque siempre he sido una persona sensible, que sabe escuchar y con inquietudes, que en mi caso no encajaban con la escuela, pero era inquieto intelectualmente. Con 10 años no me interesaban las matemáticas pero podía soldar un circuito para piratear la señal del Canal Satélite. En definitiva, eso sí encaja con mi vocación: ser sensible, saber escuchar y ser inquieto.
¡Ahora conozcamos más a Javier Gaviño!
1. Javier, llevas años trabajando para transformar la educación desde dentro del aula y desde la formación docente. ¿Qué fue lo que te hizo apostar por la innovación educativa y por las tecnologías como motor de cambio?
Desde mi primer día como docente tenía claro que quería hacer las cosas diferente. Mi paso por la escuela no fue estimulante, ni motivador, y mucho menos supuso algo positivo que me apetezca recordar.
Sin embargo, con el tiempo, después de dedicarme profesionalmente a otras muchas cosas, descubrí en la educación el motor para cambiar el mundo; aunque suene a cuento de fantasía. Pensé que si conseguía hacerlo bien en mi clase, estaría influyendo en las vidas de 25 personas. Si cada año aportaba mi granito de arena a 25 niños, en 10 años habría sido parte de 250 personas. Pero después llegaron las formaciones, YouTube y las redes sociales. Entonces las oportunidades se multiplicaron. Si todo se hace exactamente igual, el destino es el mismo. Nada cambia si nada cambia. Así que empecé a hacer las cosas diferentes sin saber muy bien a dónde me llevaría. Por supuesto, nunca he dejado de formarme. Los profes nunca deberíamos dejar de aprender.
2. ¿Recuerdas algún momento clave en tu carrera como docente que te reafirmara en tu vocación por transformar la educación?
Pues realmente no. He sido premiado en varias ocasiones, nominado a mejor docente de España, he recibido el reconocimiento de antiguos alumnos, compañeros y familias. He sido autor de cursos de formación de profesores, impartido clase en la universidad, he dado charlas… Muchas cosas que deberían hacerme ver que algo estaré probablemente haciendo bien. Sin embargo, padezco lo que se conoce como “Síndrome del impostor”: es decir, haga lo que haga, siempre gana la sensación de no merecer reconocimiento o estar donde no me corresponde. Es algo que me viene precisamente de cuando era pequeño.

3. Muchos docentes sienten que la tecnología es “otra cosa más” que aprender. ¿Cómo podemos cambiar esa percepción y convertir la tecnología en una aliada del aprendizaje?
La tecnología es, por un lado, una necesidad que se debe cubrir desde la escuela. Es algo que ha llegado para quedarse y que está presente en muchas de las actividades cotidianas, por lo tanto no podemos ignorar en la escuela el uso de la tecnología. Por otro lado, es una potente herramienta pedagógica. Estamos hablando de un medio para llegar más lejos en el aprendizaje. Si conocemos el modelo SAMR de Rubén Puentedura, vemos que usar tecnología como herramienta para potenciar el aprendizaje nos permite llegar a procesos cognitivos más complejos y un aprendizaje más profundo que sería impensable sin tecnología. Por tanto, la mejor forma de integrar la tecnología en clase es conociendo el valor que tienen para el aprendizaje y siendo conscientes de que nuestras clases deben ser permeables a los cambios y necesidades del contexto en el que se encuentran.
4. Ideas para profes es una comunidad con muchísimos recursos. ¿Qué tipo de contenidos tech o EdTech has visto que generan más impacto en el aula? ¿Algún ejemplo concreto que te haya sorprendido?
Curiosamente, aunque la idea original era compartir sobre todo contenido relacionado con la tecnología y la educación, curiosamente el contenido que más visitas y visualizaciones tiene es un relacionado con un concepto teórico: la taxonomía de Bloom. Es el primer puesto en número de visualizaciones. Ciertamente es una herramienta que se combina a la perfección con la tecnología: de hecho, de las últimas actualizaciones de esta Taxonomía se propone la versión para “la era digital” donde algunos autores relacionan cada nivel de la Taxonomía de Bloom con el uso de determinadas herramientas digitales. Por otro lado, las herramientas para evaluar, como iDoceo o Additio son contenidos que también se consultan con gran frecuencia. Son aplicaciones que ayudan muchísimo a los docentes.
5. ¿Cuál crees que es el mayor reto al que se enfrentan hoy los docentes cuando intentan innovar en el aula con tecnología? ¿Y cómo lo superarías?
El primer reto es ser consciente de qué significa “innovar en educación”. Se confunde a veces la innovación con usar un material bonito que has visto en instagram, hacer una dinámica o iniciativa en clase que has leído en algún blog o libro, incluso hay quién piensa que innovar es usar tecnología. Como docentes debemos tener presente que tenemos que buscar en todo lo que hagamos el beneficio pedagógico. Si hacemos algo diferente en clase pero no obtenemos ningún beneficio para el aprendizaje, ahí no se ha dado innovación. Solo hemos probado algo diferente. Para innovar hay que mejorar. Debemos tener un fundamento pedagógico que sostenga nuestra práctica y evidenciar cómo impacta en el aprendizaje de nuestros alumnos. A veces la innovación implica que nos formemos previamente.

6. ¿Qué importancia le das al pensamiento computacional y a la programación en la etapa de primaria? ¿Cómo lo has trabajado tú o qué recursos sueles recomendar?
Es esencial. Aunque a veces lo pasamos por alto, la programación y computación es una actividad que aporta mucho al desarrollo cerebral. Es similar a los niños que aprenden a jugar al ajedrez. La programación, computación y ajedrez ayuda a desarrollar habilidades cognitivas, como ordenar las ideas, procesos a seguir, comprobaciones y evaluación.
7. En FunTech Rocket apostamos por enseñar programación desde los 6 años. ¿Qué opinas de este tipo de iniciativas? ¿Qué valor tienen en el desarrollo de habilidades del siglo XXI?
Personalmente lo veo bien, siempre y cuando no se presenten con pantallas. Es decir, se puede presentar como una simulación manipulativa, a través del ajedrez, otros juegos o alternativas que impliquen el movimiento corporal. El pensamiento computacional es muchísimo más útil de lo que puede parecer en un primer momento. No estamos hablando únicamente de usar dispositivos; se trata de una forma de pensar ordenada y estructurada, optimizando los procesos. A veces, los profes nos centramos demasiado en los contenido o saberes, sin embargo, lo realmente importante es cómo funciona el cerebro. Por ejemplo, las funciones ejecutivas son útiles para toda la vida, y pocas veces se entrenan en clase.
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8. Si pudieras crear una asignatura nueva para primaria basada en tecnología y creatividad, ¿cómo se llamaría y qué aprenderían los peques en ella?
Haría dos cosas. Por un lado, dotar de más carga horaria a Educación Artística. Y por otro lado, crearía una asignatura que se llame “Proceso Creativo”. Parecen lo mismo pero no. Es innegable que las manifestaciones artísticas van de la mano de la historia de la humanidad. No se puede entender al ser humano sin arte y viceversa. Precisamente la capacidad creativa va mucho más allá que el arte. Encontramos creatividad en la medicina, en la arquitectura, en la mecánica, en absolutamente todo cuando alguien resuelve un problema de una forma diferente. Ahí entra en juego el proceso creativo. Si infravaloramos la creatividad tenemos mucho que perdernos. Así que debemos darle el mismo lugar que las asignaturas más importantes.

9. Imagina que estás formando a un grupo de futuros profes. ¿Qué les dirías para animarles a incorporar proyectos tecnológicos sin miedo, aunque no se consideren expertos?
Es una pena que por pensar que puedes hacer poco, decidas no hacer nada. es importante tener en cuenta que cada uno aporta lo que puede, no podemos exigir a un profe que lleva años trabajados sin haber usado nunca tecnología que, por arte de magia, tenga un nivel de competencia digital docente C. Tampoco podemos presionar, pero sí acompañar. Lo mejor que podemos hacer es estar disponible y presente para acompañar a nuestros compañeros en su desarrollo competencial en tecnología. Tengo comprobado que todos pueden ponerse al día, aunque a ritmos distintos tengo un compañero que este es su último curso, y está usando Classroom para proponer algunas actividades de clase a los alumnos. Nunca es tarde.
10. Como formador, maestro y creador de contenidos, ¿qué sueñas con lograr en el mundo educativo en los próximos años?
Pues como docente me gustaría ver que nuestra profesión gana prestigio. Creo que ser docente es la profesión más importante que hay, con una enorme responsabilidad. Somos expertos en lo que hacemos. A mí nunca se me ocurriría rebatir lo que dice un médico en su diagnóstico, o un arquitecto o ingeniero. Sin embargo, en educación cualquiera se cree en la posición de opinar y juzgar. Desde que salimos de la universidad seguimos con formación continua para adaptarnos a todas las necesidades de nuestros alumnos. Un colegio no es un almacén donde parcas a tu hijo mientras trabajas; una escuela es donde se construye la sociedad. Debería ser el trabajo más prestigioso de todos: precisamente de nuestras aulas salen esos médicos, arquitectos, ingenieros a los que nadie discutirá en el futuro.
Gracias, Javier, por tu manera cercana, honesta y comprometida de entender la educación, y por ayudarnos a ver que enseñar no es solo un trabajo, sino una forma de estar en el mundo.
Seguiremos aprendiendo contigo y con tantos profes que, como tú, hacen magia cada día sin perder el humor ni la humanidad.
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